En este verano tan atípico que estamos viviendo, hay momentos que te hacen reflexionar y analizar, en especial sobre una misma… Me gusta sonreír y sobre todo reír. A carcajadas. Y por supuesto, adoro que me hagan reír. Yo creo que soy así como una sonrisa andante con patas. Tanto me gusta reír que hasta me gusta mi risa de la maldad. Sí, esa, que como su nombre indica, es de la maldad, y además me dan tirones en las mejillas. No me gusta llorar, lo odio, y que me vean llorar, lo odio aún más. Pero es que a veces una no puede más y explota y tiene que descargar sí o sí. Me gusta saltar. Correr. Andar en bici. Dormir. Estar en pijama. Ir de compras. El olor de la ropa nueva. Cortar las etiquetas. Mi armario. La moda. Me encantaría ser diseñadora, pero me conformo con profesora. En realidad no me conformo, he descubierto que es la profesión de mi vida. La fotografía. Adoro fotografiar y que me fotografíen. Ir por la calle e imaginar las fotos que podría hacer. Sacarle fotos a mi pequeña Lydia aunque lo odie. La música, arte que no podría vivir sin él. Coldplay. Arctic Monkeys. Vetusta Morla. Love of Lesbian. Izal. Supersubmarina. Pero también Bad Bunny, Rosalía, cualquier canción pegadiza de TikTok porque me encanta bailar. Cantar hasta quedarme sin voz. Las bandas sonoras de ciertas películas, como La La Land. Escucharlas mil y una veces sin cansarme nunca. Las novelas románticas. Ilusionarme con sus protagonistas y odiarlos por las historias tan preciosas que tienen. Tú y yo a tres metros sobre el cielo. Tengo ganas de ti. Las series turcas. Can y Sanem. El verano. Las vacaciones. Lanzarote. El sol. La playa. El olor del agua salada y el sonido de paz y tranquilidad que transmiten las olas. Bucear y recoger conchitas. Pero odio y requete odio las algas, me pongo mala solo con pensarlo. Ponerme morena. Las sandalias. Las uñas pintadas de rojo que asoman entre las tiras de las sandalias. Los parques de atracciones. Descargar adrenalina en las montañas rusas y caídas libres. París, la ciudad del amor. Su maravillosa Torre Eiffel. Notre Dame. Los macarons. Las fiestas de prao. La tristeza porque se acaba el verano. El libro-catálogo de Ikea con sus fantásticas ideas de decoración que inspiran para redecorar cualquier rincón. Los nerviecillos pre comienzo de clases o algún trabajo nuevo. El olor de los libros nuevos. El calor de las fotocopias recién impresas. Comprar bolis nuevos y tajar los lápices. La agenda. Escribir de todo en ella. Halloween. Los catálogos de juguetes y los catálogos de octubre que ya incluyen los turrones. El invierno, pero odio la lluvia. Las bufandas y las boinas. La Navidad. Ver la casa toda adornada. Nochebuena. Nochevieja. Comer turrones hasta reventar. Las comidas-cenas de mi abuela materna. Año nuevo. La cabalgata de Reyes. Los nervios durante toda la noche previa a Reyes. Levantarte a las 10 de la mañana y comprobar que los Reyes te han dejado lo que tú pediste, e incluso más. No me gusta tener que volver a madrugar. Volver a la rutina. Que no haya más existencias de turrones. Quitar el árbol. La hipocresía. La falsedad. La impuntualidad. La gente que se cree superior y luego no vale nada de nada. Me gustan los abrazos y los besos, aunque ahora mismo sean una de las cosas más prohibidas de este mundo. Ir a súper estrenos de cine. Jugar al UNO y disfrutar viendo como se chupan 12, 14, 16… Coleccionar Funkos, libretas, washitapes y cualquier cosa cuqui que encuentre. Harry Potter. Ver películas de la niñez. Cotillear. Buscar en el baúl de los recuerdos y encontrar viejas fotos. Comprar regalos y envolverlos. Ver cómo crece mi hermana y cómo me deja atrás (sí, ya es más alta que yo). Comer. Escalopines al cabrales. Lentejas. La pasta. Los helados. El chocolate blanco. Nutella. Patatas fritas. Nestea. Seven up. Los capuccinos. Las gominolas de ladrillo. La frase ‘parece que va a llover’. ‘Bailando hasta que todo acabe’. Los labios rojos, sobre todo en los días más grises. El olor de ciertos perfumes. No me gusta crecer, ser mayor. Mi altura, quiero ser más bajita. Que me comparen con otras. Odiaba mi pelo, ahora me encanta. Las arañas. La sangre. Mi timidez e inseguridad. Las paranoias que algunas veces me monto. Me gustan los pequeños detalles. Que siempre estén encima mío y me pregunten cómo estoy. Ver sonreír a los que más quiero. Las palabras en momentos difíciles. Querer y que me quieran.
Feliz semana ❤
dress: SuiteBlanco
bag: Parfois
hat: Bon Clic Bon Genre
Me encantan las fotos, son maravillosas 🙂
Muchas gracias, Gabriela 🙂
¡pero queee boniiitooo!
Mil gracias, Tamara 😀
Hola Melania, espero estés bien…
Es verdad que ha sido el verano más extraño de todos, pero creo que hay algunas cosas pequeñas que he disfrutado y otras que he aprendido, sobre todo después de tanto tiempo en casa reflexionando y aprendiendo a conocerme mejor, al igual que tú hay un montón de cosas que odio pero a las que de vez en cuando me tengo que enfrentar
Me gustó mucho leerte, y por cierto ese look en rojo es super bonito, creo que no te había visto mucho usando prendas de ese color pero te queda muy bien!
¡Extrañísimo! Espero que este que viene sea mejor y tengamos mucha más libertad…
La verdad es que estoy de acuerdo contigo, nos ha servido para conocernos mejor a nosotros mismos y disfrutar de las pequeñas que nos rodean y que antes pasaban desapercibidas 🙂
¡Muchas gracias Pablo, un abrazo!
Preciosa que estás, me ha encantado este post, y la verdad que yo también adoro la mayoría de cosas que has escrito, ¡que tengas una feliz semana!
http://www.luciagallegoblog.com
¡Mil gracias, me alegro mucho de que te haya gustado!
Un beeeesooo enorme 🙂